Cuando llega el momento de sentarse a la mesa los habitantes de Cadaqués, como el resto de ampurdaneses, son unos excelentes gourmets.
El pescado del Cabo de Creus y el marisco son los platos más suculentos y apreciados, y no es de extrañar, ya que por el terreno rocoso y los fuertes temporales de mar el pescado tiene un sabor intenso.
Los platos tradicionales son: la paella de marisco, la escorpena con salsa y patatas (suc d’escòrpora), las sardinas, las anchoas, la dorada, el mero, el pagro, los erizos de mar, la langosta, los mejillones y un largo etcétera. Naturalmente, todos estos platos se pueden degustar en los diferentes restaurantes de Cadaqués según la época del año, claro. Y es que como decía el célebre escritor Josep Pla, en un libro que escribió sobre el pueblo, la cocina local de Cadaqués varia en función de las estaciones del año:
En Cadaqués hay cuatro delicias marítimo-terrestres: en invierno los erizos de mar (que en otros lugares de la costa llaman garoïnes): en la primavera los mejillones de roca; en verano los crustáceos como la langosta, los bogavantes (homard en francés) conocidos también con el nombre de llobregants o llobegants.
JOSEP PLA "Cadaqués"
En ocasiones, para amenizar algunos platos a la brasa, generalmente carne, se añade allioli que es una de las salsas más populares y deliciosas de Cataluña, elaborada exclusivamente a base de ajo y aceite.
Otro de los productos estrella es la anchoa que se conserva durante diez meses en sal y pimienta, a diferencia de otros pueblos de la costa.
Las anchoas se presentan sobre una rebanada de pan con tomate encima de las cuales se añade un poco de aceite de oliva. Por cierto, quien las prueba no puede parar de comerlas, pues a cada bocado el paladar se deleita con el auténtico sabor del mar.
Josep Pla, atraído por la autenticidad de la cocina de Cadaqués y buen conecedor de la técnica de salazones decía: Hay que extirpar la cabeza del pescado y los intestinos, pero sin que quede el vientre abierto respetando siempre el filo rojo que la anchoa tiene y que va desde la cabeza hasta el vientre. Después se debe extender sobre una superficie plana y cubrirlas con sal granada, para que eliminen el agua sobrante. En el fondo de un barril de madera de castaño o de roble, se extiende un lecho de sal. A continuación, una capa de anchoas; otra capa de sal, condimentada con un punto de pimienta negra molida, y unos pequeños brotes de tomillo y hinojo. Encima de todo, se coloca una tapa de madera, y sobre ésta un peso de un kilo o más para presionar el conjunto.
Acompañando la mesa no faltan ni el buen vino ni los dulces como el roscón, la crema catalana, el brazo gitano, el flan y los taps (los tapones). Su nombre se debe a su forma. Estos se elaboran des del siglo XVIII en la pastelería La Mallorquina. Hoy en día se encuentran en la carta de postres de muchos restaurantes. Otros dulces y pasteles autóctonos son las burilles, los crespells que sólo se elaboran por semana santa, los matrimonis (matrimonios), el peix de nata (pez de nata) además de una serie de postres típicos de la zona como por ejemplo el pa de pessic (bizcocho) las flaones etc.
Desafortunadamente, el cultivo de la viña anteriormente tan extendido en Cadaqués se ha ido perdiendo. No obstante la familia Martín Faixó ha recuperado ésta y sigue produciendo de manera tradicional vino blanco, negro y rosado, además de garnacha y moscatel.
Página web: www.cellermartinfaixo.com
Enlace web Patronato de Turismo - Ruta del Vino: http://es.costabrava.org/que-hacer/ruta-del-vino-que-hacer
En general, se trata de una cocina sencilla y equilibrada basada en la dieta mediterránea, donde el aceite de oliva extra virgen tiene un especial protagonismo. Un aceite que al igual que el pescado tiene un sabor intenso, casi podríamos decir salvaje, pues crece en la inmensidad del parque natural del Cabo de Creus.